Las cejas han ido cambiando en función de las modas y del paso del tiempo. Hace unos años, bastantes en realidad, estas debían ser finas, casi casi imperceptibles. De ahí que muchas personas se hayan tatuado su forma y se las depilen siempre.
Más recientemente, las cejas se llevan muy espesas y frondosas, anchas y gruesas. Algunos dirían que las tendencias actuales apuestan más por unas cejas naturales, o lo más naturales posible. No obstante, no todas las personas poseen la misma cantidad de vello en esta zona.
De hecho, la edad y los cambios hormonales suelen ser dos aspectos muy a tener en cuenta y que influyen mucho en la cantidad de vello que se tienen en las cejas. De ahí que muchas personas apuestan por técnicas como el microinjerto.
¿En qué consiste el microinjerto de cejas?
El microinjerto es una técnica estética utilizada por cada vez más personas, quienes desean aumentar la cantidad de pelo o vello de su cuerpo. Una de las zonas en las que se ha implantado esta técnica son las cejas, las cuales habían quedado relegadas a la depilación y nada más.
El microinjerto de cejas viene como solución a una depilación excesiva, unos tratamientos médicos agresivos y unos cambios hormonales constantes que han provocado la caída excesiva del vello de esta zona.
Gracias a esta técnica, las personas que deseen aumentar su vello en las cejas pueden hacerlo sin prácticamente dolor, un postoperatorio muy cómodo, una intervención ambulatoria y con un resultado permanente. El microinjerto consiste en el injerto, valga la redundancia, de vello en las cejas.
Método del microinjerto de cejas
En el microinjerto de cejas, el cirujano debe insertar los folículos pilosos, extraídos del propio cuerpo del paciente, en la línea natural de la ceja y su forma. Por supuesto, el pelo escogido para el injerto debe ser el más similar al de la ceja.
La posición para injertar este vello debe ser lo más horizontal posible. Si bien el método a seguir es similar al del injerto de pelo habitual, el de ceja se diferencia de éste en que los injertos deben tener un ángulo lo más pequeño posible. Así como el de pelo es de 45 grados, el de ceja ha de ser mucho menor.
Las cejas tatuadas también pueden ser objetivo de microinjerto. Al fin y al cabo, la piel tatuada sigue teniendo las aptitudes igual de adecuadas para que el injerto se fije y perdure de forma permanente al cien por cien.
Los folículos elegidos para el microinjerto pertenecen a la zona posterior de la cabeza del paciente, en la gran mayoría de casos, algo que sorprende pues muchas personas creen que pertenecen a donaciones o son artificiales.
El resultado de esta operación proporciona unos resultados cien por cien normales y consolidados al cabo de unos 2 o 3 años. En este período, el folículo se adapta al cuerpo y a la zona donde ha sido injertado.
Antes de este tiempo, los folículos crecerán mucho más rápido de lo normal, pero cuando se haya adaptado al cien por cien, el crecimiento será el habitual, el normalizado y el natural para el organismo. Éste corresponderá al corriente hormonal del organismo y se adaptará al groso de esa zona.
El precio del injerto corre alrededor de los 3000€, pero todo depende del estado de la zona y de cada paciente.
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