La toxina botulínica, más conocida como botox es una toxina que produce parálisis muscular. Es por ello que es utilizado con fines médicos para el tratamiento tanto de enfermedades neurológicas como en medicina estética para frenar el efecto que las arrugas de expresión causan en nuestro rostro con la edad.
De esta forma es posible evitar la cirugía de una manera casi indolora, siendo sus efectos inmediatos y prologándose de 5 a 6 meses. Con la ventaja de que apenas tiene contraindicaciones y de que rara vez se producen efectos secundarios.
No obstante, es fundamental que el tratamiento sea aplicado por un profesional que conozca bien la anatomía facial. De lo contrario, se corre el riesgo de generar en el rostro una expresión no deseada.
¿Cuándo debo empezar a usar botox?
La realidad es que no existe una respuesta exacta para esta pregunta pues cada paciente es un mundo. Es por ello que para iniciar el tratamiento es importante llevar a cabo un estudio personalizado del paciente para valorar cuándo es el el mejor momento para empezar a prevenir las arrugas. No existe una edad ideal para empezar a usar botox.
Existen dos tipos de arrugas o líneas de expresión. Las dinámicas y aquellas que son estáticas. Las primeras son las que aparecen cuando hacemos algún gesto como fruncir el ceño, reírnos o levantar las cejas. Se trata de reflejos que no controlamos, pero con la edad pueden terminar convirtiéndose en arrugas fijas y ser evidentes incluso cuando no realizamos ninguna expresión. Cuando este momento ha llegado, resulta imposible corregir las líneas de expresión con botox. En estos casos, la mejor opción es ya la cirugía estética.
Además, debes saber que las líneas de expresión también son genéticas, ya que la carga de información que recibimos de nuestros progenitores con respecto a la fuerza de contracción de los músculos influye en las líneas de expresión dinámicas. Por este motivo, basta con mirar el rostro de nuestros padres para saber cómo será nuestro aspecto en un futuro.
En función de la fuerza de contracción de nuestros músculos de expresión y de la opinión de un experto, podremos valorar si debemos esperar o empezar a usar botox ya. No obstante, los expertos recomiendan que se pida opinión a los profesionales ya entre los 30 y los 40 años y en algunos casos, incluso antes o después. Todo depende del propio paciente en particular.
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