La calvicie hereditaria o la androgenética en los hombres es un problema estético que surge de repente, casi siempre en la juventud, antes de cumplir los 30. Siendo la causa más habitual el factor genético sumado a una elevada dosis de testosterona en los hombres. Generalmente, las primeras señales empiezan a hacerse evidnetes en la coronilla y en la parte de arriba de la frente. La curestión es que este problema puede dar lugar a graves complejos e, incluso, terminar por minar la autoestima de la persona que lo sufre.
Por esta razón, son muchos hombres y mujeres los que en los últimos años han decidido someterse a operaciones de cirugía estética para ponerse implantes de pelo y no son pocos los que lo hacen en Turquía. Esto tiene que ver con el hecho de que en España el trasplante de pelo cueste unos 8.000 euros, mientras que en Turquía hay más de 250 centro especializados que lo hacen por la mitad. Con el añadido de que las clínicas que hacen estas operaciones a extranjeros reciben una subvención por parte del estado. Así pues, se calcula que cada año aproximadamente 10.000 españoles viajan allía para ponerse implantes de cabello.
Las clínicas turcas han visto un chollo en ello y tienen sus servicios muy bien posicionados en Internet, ofreciendo facilidades para el viaje y para poder comunicarse. Incluso tienen un teléfono de contacto español para que los clientes puedan hacer sus primeras consultas fácilmente. El pack que se ofrece es además prácticamente un viaje de placer, ya que las clínicas con las que se contrata la operación no solamente se limitan a llevar a cabo el tratamiento, sino que además gestionan el viaje, los vuelos, las reserva en un hotel de cinco estrellas, el traductor y los traslados. ¿No es realmente tentador?
El problema es que muchas clínicas de Turquía no cumplen con los estándares de calidad ni en los profesionales ni en las instalaciones. Y si posteriormente hay problemas o hubiera que hacer retoques, el paciente queda completamente desprotegido al regresar a España. Tampoco existe un seguimiento y, si los resultados no son los esperados, es imposible reclamar.
Además, para el clientes es bastante complicado comprobar si la clínica cuenta con licencia profesional y con los medios neecesarios para reaccionar ante posibles complicaciones. Con lo cual, no podemos saber si el profesional médido cuenta con la titulación necesaria o si los requisitos sanitarios mínimos derán los adecuados. Y el precio final suele ser más costoso, ya que casi nadie decide viajar solo a Turquía, sino que lleva un acompañante que debe pagar un hotel, un vuelo y una manutención.
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