Con cada vez más frecuencia aparecen en los medios de comunicación noticias acerca del relleno con grasa autóloga, para modificar el contorno corporal, rellenar surcos y arrugas e incluso aumentar el volumen del pecho.
En efecto, la grasa puede proporcionar unas ventajas que ningún otro producto de relleno podría. En casi todas las personas, podemos encontrar acúmulos de grasa en forma de reserva, que nos servirán para extraer la grasa necesaria para hacer el aumento. En la práctica, esto supone hacer una liposucción, que es en realidad el tratamiento que usamos para la extracción grasa.
Mediante esta liposucción, obtenemos los beneficios habituales de la misma: nos libramos de los acúmulos grasos precisamente allí donde no los queremos, reduciendo el volumen y mejorando el contorno corporal de forma rápida y eficaz.
Procedimiento
Esta grasa extraída, debe serlo de forma ligeramente diferente a la liposucción tradicional, con el objetivo de que la grasa conserve la máxima vitalidad posible. En particular, se extra a una presóin menor que durante la liposucción estándar.
Una vez extraía, se somete a un procesamiento, que la hace más susceptible de ser implantada como injerto. Existen varios métodos diferentes, que incluyen decantarla, diluirla con distintas soluciones, filtrarla y centrifugarla a distintas velocidades.
Una vez procesada, y extraída en su forma más pura, la grasa se introduce de nuevo en el cuerpo (durante la misma intervención), esta vez en aquellas zonas donde era deficitaria o donde queríamos obtener un relleno: el pecho, los labios, arrugas o surcos, glúteos o defectos del contorno corporal.
Después de un periodo necesario para que la grasa “prenda”, se integra en la nueva zona, y actua como tejido propio que es: engorda y adelgaza con la paciente, evoluciona al mismo ritmo que ella… nunca se rechaza ni da reacciones alérgicas, pues se trata ni más ni menos que del mismo tejido de la paciente, sólo que trasplantado a otra zona anatómica.
Por desgracia, y aunque en el futuro será el relleno más habitual, aún quedan algunos aspectos por mejorar. El primero, la cantidad de grasa que podemos trasplantar está limitada, pues no toda sobrevive. En ocasiones esto hace que el volumen máximo que podamos proporcionar sea menor que el deseado. Además, el porcentaje de grasa que no sobrevive es variable, y aún quedan casos de pacientes en las que, aun trasplantando una cantidad suficiente, la grasa que perdura es menor de la esperada. Esta situación se da con frecuencia en el aumento de pecho, por lo que es una técnica que no puede de momento desbancar al aumento tradicional con prótesis.
Sin embargo, en otras localizaciones, como en el aumento de glúteos, proporciona tantas ventajas que sí que mejora sustancialmente al aumento protésico.
En resumen, nos encontramos frente a una técnica muy buena, que sin duda será cada vez más utilizada en el futuro, que sin embargo aún tiene que ser refinada mediante investigaciones futuras.
Si desean consultar más información sobre esta técnica pueden solitarla en la clínica del Dr. Valdes el la Coruña. En la consulta del Dr. Valdés trabaja con un equipo de expertos profesionales, a su disposición para poder proporcionar los mejores tratamientos para satisfacer a sus clientes.
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