Al igual que ocurre con muchas partes del cuerpo de los famosos, los rasgos faciales también son motivo de deseo por muchas personas que los siguen. Es el caso, por ejemplo, de los hoyuelos que lucen de forma natural cuando sonríen Harry Styles, Ariana Grande o Miranda Kerr. Lo más curioso es que se trata de un defecto genético, ya que aparecen cuando el músculo cigomático mayor, ubicado en los laterales del rostro, presenta una brecha porque los músculos con ma´s cortos de los normal. Por eso, solamente lo vemos cuando la persona sonríe. Se estima que solamente 2 de cada 10 personas en el mundo son portadoras de este gen.
Existe una operación de cirugía estética que puede ayudar a conseguirl hoyuelos a todas aquellas personas que los desean pero no los tienen de forma natural: la Dimpleplasty. Una moda que se está extendiendo rápidamente entre los más jóvenes. La operación es bastante sencilla, no requiere de anestesia general y dura una media hora. Se realiza una pequeña incisión en la boca con el objetivo de lograr unir el músculo facial de manera artificial. Se accede por la mucosa gingival, se saca un puntito fuera, se vuelve a pasar por dentro y se cose para plegar la mucosa sobre sí misma. La clave está en la tensión que se le da. Si no se da una tensión intermedia, las puntadas quedarán muy tensas y serán visibles tanto si se tiene un gesto serio como sonriente.
No obstante, aunque se trata de una inetrvención sencilla, lo cierto es que tiene sus riesgos. El doctor Miguel De la Peña, director de las Clínicas Diego de León, advierte de los riesgos que puede conllevar intentarlo “únicamente para parecerse o imitar a alguien o para seguir modas pasajeras, sobre todo en el caso de los tratamientos con resultados permanentes”.
Eso sí, no ofrece resultados permanentes, sino que dura entre 2 y 3 semanas, y su precio oscila entre los 2000 y los 6000 euros. Además, se trata de una técnica muy delicada, por lo que es muy importante ponerse en manos solamente de doctores especializados y clínicas de cirugía estética acreditadas. Si la operación no se lleva a cabo correctamente, pueden quedar asimétricos o desporporcionados y, en el peor de los casos, secuelas irreversibles, como hendiduras o cicatrices que peuden afectar negativamente a la expresión facial de manera permanente.
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