En los últimos años el número de personas que han realizado viajes al extranjero con le objetivo de someterse a intervenciones de cirugía estética en otro país ha crecido de forma exponencial. El motivo principal es el precio, que en muchos países es más bajo que en España. Sin embargo, lo que no se tiene en cuenta muchas veces son los riesgos que este tipo de viajes o de clínicas pueden conllevar.
Es lo que se conoce como el “turismo del bisturí”. Una modalidad muy peligrosa que se ha visto favorecida por las suculentas ofertas que muchas agencias de viaje preparan para sus clientes. Muchas veces sin ningún tipo de miramiento ni escrúpulos. Se trata de paquetes vacacionales en los que se incluye una operación de cirugía plástica y todo incluido. Vuelo, alojamiento, actividades durante la estancia y proceso postoperatorio. Asegurando que en el lugar de destinos serán atendidos por personal cualificado.
Y aunque no existen cifras oficiales, los profesionales de la salud nos cuentan que los destinos más solicitados suelen ser Argentina, Brasil y Bolivia, donde los precios pueden llegar a ser un 70% más baratos que en España.
Los riesgos del turismo del bisturí
- La comunicación es, sin duda, uno de los mayores problemas. Recibir atención médica en una clínica en la que los profesionales no hablan nuestro idioma incrementa las posibilidades de que ocurra algún malentendido durante la intervención.
- Aunque se diga que se trata de personal cualificado, debes saber que muchos de ellos no son médicos acreditados ni cuentan con la formación adecuada para la realización de este tipo de intervenciones, por lo que el riesgo es aún mayor.
- Muchas instalaciones quirúrgicas no poseen la certificación oficial ni están dotadas de las medidas higiénicas necesarias para proteger la salud del paciente. por no hablar de que en algunas ocasiones se utilizan materiales inadecuados o medicamentos falsos o de mala calidad.
- Realizar un viaje después de una operación eleva los riesgos de que se produzcan complicaciones. No es recomendable regresar a casa sin pasar por una fase de recuperación. Y es que los vuelos aumentan la posibilidad de sufrir embolias pulmonares, coágulos sanguíneos, infecciones, inflamaciones… Lo ideal es que se esperen entre 5 y 7 días antes de volar, especialmente después de una operación de aumento de pecho o una liposucción; y de 7 a 10 días cuando se trata de operaciones faciales.
- Imposibilidad de hacer un seguimiento adecuado del paciente cuando vuelve a su país de origen. En caso de que se produzcan complicaciones, los médicos locales podrían encontrarse con técnicas desconocidas, problemas de cicatrización, infecciones…
Por todos estos motivos, es importante tener en cuenta que cuando se trata de la salud no se juega, ya que se trata de riesgos que pueden incluso costarnos la vida. Con lo cual siempre es aconsejable acudir a un especialista del propio país en lugar de embarcarse en un viaje que aunque pueda parecernos más barato, a la larga puede salirnos muy caro.
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