Según recientes estudios, la cirugía bariátrica, que inducen a la pérdida de peso de las personas con obesidad mediante la reducción del estómago, puede mejorar considerablemente la calidad de vida. Hasta ahora sabíamos que este tipo de intervenciones tenían consecuencias positivas para la salud física, pero ahora se ha sabido que los pacientes también mejoran su calidad de vida a nivel mental.
El estudio realizado por Alejandro Magallanes, investigador de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), reveló que después de someterse a la operación de reducción de estómago, la mayoría de los pacientes aumentaron su calidad de vida relacionada tanto con los aspectos físicos como psíquicos. Y es que las personas que padecen este problema se enfrentan cada día a un considerable estigma social. Un problema cada día más frecuente en las sociedades occidentales y que contrasta con el canon de belleza que se impone a través de los medios.
Es evidente que se trata de una cuestión de salud especialmente indicada para personas con un índice de masa corporal superior a los 40 kg/m2 y para aquellos que padecen problemas de obesidad grave y patologías asociadas; pero la operación también puede ayudar a las personas a conseguir la tas deseada pérdida de peso que les haga sentirse mejor consigo mismas.
¿Qué riesgos tiene la cirugía bariátrica?
Aunque se trata de una intervención para mejorar la salud física de la persona, la reducción de estómago no deja de ser cirugía estética y, como tal, entraña ciertos riesgos. Además no resulta fácil ni es una varita mágica. Al igual que otros tratamientos para la obesidad, es importante que el paciente asuma que debe modificar sus hábitos de vida y llevar una alimentación saludable para garantizar resultados tanto a medio como a largo plazo.
Por este motivo, los expertos consideran que se trata de la alternativa que ofrece resultados más duraderos para aquellas personas que han probado el ejercicio y la dieta y no han logrado adelgazar. El objetivo de la cirugía bariátrica es reducir la ingesta de alimento y la capacidad de absorción.
No obstante, esta intervención no es recomendable para personas con un índice de masa corporal inferior a 35 kg/m2. Para estos casos existen otros tratamientos no quirúrgicos, farmacológicos y dietético-conductuales.
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