Las novedades en cirugía estética han convertido en tendencia muchas intervenciones que hasta ahora habían estado revocadas al desconocimiento por la mayoría. Esto sucede con la dimpleplastia, una intervención que ha revivido en los últimos meses.
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¿Qué es la dimpleplastia?
La dimpleplastia, también denominada dimpleplasty, consiste en una intervención realizada con el objetivo de tener en las mejillas los famosos hoyuelos tan característicos de quienes los poseen. Esta operación se ha convertido en una de las más exitosas entre los millenials.
¿Cómo se realiza la dimpleplastia?
Antes de nada hay que aclarar que los hoyuelos naturales aparecen debido a una anomalía genética, algo que no puede modificarse ni alterarse. Por este motivo únicamente se puede crear este hoyuelo de forma artificial haciendo una inserción en el músculo cigomático del rostro.
Esta intervención se realiza llegando a la mucosa interior de la piel del rostro, lugar en el que se eliminan unos trozos con una tijera pequeña quirúrgica haciendo una inserción que atraviesa de lado a lado la mucosa. Su forma es similar a la de un piercing en el moflete.
¿Es recomendable la dimpleplastia?
Depende de lo que se entiende como recomendable. Obviamente no es algo natural del cuerpo, por supuesto, pero médicamente su método y procedimiento se ha estudiado y analizado de forma extensa.
Por este motivo no tiene por qué involucrar un peligro para las personas que se sometan a esta operación. No obstante, esta inserción que se realiza acaba siendo una fibrosis en el rostro, la cual acaba desapareciendo con el tiempo y no de forma pareja. Es decir, puede que desaparezca el hoyuelo de la parte izquierda pero no el de la derecha.
De ahí que desde Todoestetica.com recomendemos consultar a un profesional estético sobre los percances, los pros y los contras de esta intervención para poder contrastar y acabar con un juicio real.
¿Qué riesgos conlleva la dimpleplastia?
La dimpleplastia conlleva el riesgo más “típico” relacionado con las intervenciones quirúrgicas: la infección y el dolor. Para ello lo único que hay que hacer es cuidar la herida con las pautas que recomienda el profesional quirúrgico y tomar los antibióticos que se recetan.
El otro riesgo va relacionado con la intervención y el profesional que la realice. En concreto, una dimpleplastia mal realizada puede afectar al conducto Stenon que es el que segrega la saliva mediante la glándula parótida.
Y tú, ¿te someterías a una dimpleplastia?
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