No es una novedad que la reina Letizia es una gran asidua de la cirugía estética y de los tratamientos de belleza. Y así lo volvió a demostrar en la novena edición de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid (ARCO) celebrada el pasado 20 de febrero de 2018. De hecho su nueva imagen fue uno de los temas más comentados. Y no como en otras ocasiones por sus estilismos, sino porque la reina mostró un rostro más hinchado que de costumbre. Algunos incluso llegaron a hablar sobre la posibilidad de que se hubiera sometido a una nueva rinoplastia, como ya hizo hace unos años.
Sin embargo, no se trataba de una operación de nariz, sino de un relleno de pómulos que hacía que su tabique nasal pareciera más pequeño. Una operación que hace que el rostro tarde varias semanas en volver a la normalidad y que da una apariencia artificial. Además, el hecho de que su nariz parezca ahora más pequeña tiene que ver con que hayan pasado ya 10 años desde su operación y, con el paso de los años, es normal que ésta se vaya “esqueletizando”.
Como todos sabemos, no es el único tratamiento al que se ha sometido la reina en los últimos años después de su gran proceso de “chapa y pintura” en el años 2008 que nos dejó a todos con la boca abierta. La reina es aficionada a los tratamientos de belleza y prueba todo lo más revolucionado en mesoterapia facial. Por esta razón, muchos creen que normalmente se inyecta inductores de colágeno y elastina. Y, por supuesto, no pasa desapercibido que se ha inyectado bótox en el ceño y en la cola de la ceja para elevar la mirada y rellenos de ácido hialurónico en pómulos, frente, mentón y labios.
Recordemos que el bótox es un tratamiento que inmoviliza determinados músculos de la cara que son los causantes de las arrugas en la piel que se van haciendo más evidentes con la edad. De esta forma, se impide su aparición y se mantiene un rostro joven por más tiempo. De ahí que muchas veces el gesto de la reina Letizia pueda parecer serio.
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