Con el auge experimentado por la cirugía estética en los últimos años, cada vez son más hombres los que deciden pasar por el quirófano para solicitar un aumento de pene. Muchos de estos hombres, por lo general, no saben que los penes de menor tamaño en flacidez alcanzan la misma dimensión cuando estén erectos que los de mayor tamaño. Con lo cual, es importante saber su tamaño cuando está en erección. Es habitual que los hombres comparen el tamaño de su pene con otros en el vestuario del gimnasio en la piscina o en la playa, de manera que muchos cuando ven que su pene en estado flácido es más pequeño que el de otros hombres, creen que es insuficiente. Por eso, muchos de los hombres que acuden a la consulta del urólogo llegan con información poco fiable y lo cierto es que la mayoría cuenta con un tamaño normal. Es lo que se conoce como trastorno dismórfico corporal, que se da cuando una persona tiene una percepción equivocada de su cuerpo.
Pero además, hay que tener en cuenta que el tamaño no influye ni en la calidad ni en la frecuencia de las relaciones sexuales. Así pues, la operación de aumento de pene no garantiza que la vida sexual del paciente vaya a mejorar. Existe una falsa creencia muy extendida por la que los hombres asocian mayor con mejor. Por eso, es fundamental diferenciar entre las intervenciones de aumento de pene que se llevan a cabo en casos de “micropene”, ya sea por nacimiento o por amputación, en las que se realiza una cirugía reconstructiva por expertos, y aquellos casos en los que el paciente pide un aumento del tamaño o una mejora de la forma cuando realmente es casi normal.
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Longitud visual
Una de las intervenciones de aumento de pene más habituales es aquella en la que se incide en la logintud visual del miembro cuando está flácido. Para ello, se realiza una liposucción del pubis, una transposición de la bolsa escrotal o se secciona el ligamento suspensorio para ganar entre 1 y 2 cm. Esta intervención generalmente consigue aumentar alrededor de un 20% el tamaño del pene cuando está flácido.
Aumento del grosor
Para aumentar el grosor, se suele recurrir a inyecciones de la propia grasa del paciente. Generalmente ofrece muy buenos resultados, pero pueden quedar nódulos o deformidades debido a que la grasa puede no distribuirse de manera uniforme. Aunque también puede recurirse al ácido hialurónico y a los colgajos dermograsos, consiguiendo un aumento de grosor de entre 2 y 5 cm. Lo que es muy importante es ponerse en manos de un experto para que este aumento de grosor no se consiga en detrimento del aspecto.
Extensores y alargadores
Tras usarlos durante un año, los extensores consiguen aumentar la longitud del pene en estado flácido y en erección en unos 2 cm. El único inconveniente es que deben llevarse entre 8 y 12 horas al día para conseguir resultados, lo cual resulta incómodo y doloroso.
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