Cada vez son más las personas que deciden someterse a un aumento de glúteos y, con ello, también se amplían las opciones disponibles, tanto para mujeres como para hombres. Porque sí, también ellos quieren tener ese cuerpo con el que siempre han soñado. Aunque lo cierto es que este tipo de operaciones son más demandadas por el género femenino que toma como referentes a famosas como Jenifer López o Kim Kardshian. Si estás pensando en retocar esta zona de tu cuerpo, a continuación te mostramos con más detalle cuáles son las opciones que existen actualmente para el aumento de glúteos.
Inyecciones de grasa
Esta técnica es posiblemente la opción preferida para tener un trasero más grande y más redondo. Esta operación consiste en inyectar grasa corporal no deseada de otras zonas en el trasero. Por esta razón, a este tipo de operación solamente pueden someterse aquellas personas que tengan grasa extra.
De esta forma, la paciente consigue liberarse de la grasa del abdomen, la espalda y los muslos interiores y al mismo tiempo tener unos glúteos más bonitos. Para ello, se separa y se procesa la grasa para que pueda inyectarse de forma segura en el trasero. Eso sí, es importante ponerse en manos de profesionales con experiencia para conseguir los resultados esperados. Y es que además de saber extraer bien la grasa, debe saber esculpir estas zonas para que queden bien estéticamente y, al mismo tiempo, crear un trasero más lleno y más redondo.
Implantes de glúteos
Si una mujer está demasiado delgada o no tiene grasa o piel suficiente para someterse a las inyecciones de grasa, esta opción no es viable. Hay que tener en cuenta que, cuando la grasa es transferida, hasta la mitad se perderá durante el primer año. En estos casos, la paciente debe optar por los implantes de silicona, que son muy fuertes para que no se rompan, por lo que no hay riesgo de que la silicona acabe fluyendo por todo el cuerpo.
Estos implantes son insertados en los glúteos a través de una pequeña incisión cerca del coxis, generalmente oculta en la hendidura entre las nalgas, y se colocan debajo, dentro del músculo glúteo mayor. De esta forma, son menos visibles y las posibilidades de que se muevan con el paso del tiempo se reducen considerablemente. Nunca pueden colocarse en la parte inferior de las nalgas, ya que los nervios podrían verse dañados. Por esta razón, muchas veces se requieren inyecciones de grasa para poder conseguir la forma completa.
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