Los embarazos suelen producir ciertos cambios en el cuerpo de la mujer, que rara vez recupera la silueta previa al embarazo por completo.
Por norma general, la piel del abdomen ha dado de sí, y podemos ver un exceso relativo de la misma. La musculatura también se encuentra debilitada. En ocasiones, se acumula grasa en exceso, la cual suele tener predilección por la cintura o muslos, y es frecuente que el pecho sufra un poco de atrofia tras haber terminado la lactancia, y caiga de su posición preparto.
En el postparto, el cuerpo de la mujer se va recuperando progresivamente, y muchos de estos cambios son reversibles, si bien algunos no totalmente. El peso se va normalizando, la piel tanto de pecho como de abdomen se van encogiendo y la musculatura del vientre se vuelve a tensar.
Esta mejoría espontánea es progresiva, y se nota hasta pasado el año del parto. Durante este tiempo es importante llevar una vida activa, una dieta equilibrada y hacer ejercicio suave con regularidad. No obstante, en ocasiones no es suficiente con este esfuerzo, y se necesita una ayuda para recuperar la silueta.
La remodelación del cuerpo femenino para combartir los cambios del embarazo, por tanto, se suele emprender de 6 a 12 meses tras el parto. Hacerlo antes no sólo no es recomendable dado que no hemos dejado al cuerpo recuperarse hasta su máximo potencial, sino que además, está totalmente demostrado que la cirugía hecha de forma demasiado precoz tiene un índice mayor de complicaciones. Estas complicaciones son tanto más frecuentes cuanto antes se intente hacer, siendo tan altas en el postparto inmediato, que jamás de deben intentar realizar tan pronto. Es importante no dejarse llevar por la idea de que muchas “famosas” están fantásticas después de dar a luz debido a la cirugía. Esto no es un hecho real, y el buen aspecto que puedan presentar no se debe a ningún tratamiento quirúrgico.
Una vez normalizado el cuerpo, las remodelaciones necesaria incluyen una combinación de abdominoplastia, mastopexia y liposucción.
Mediante la abdominoplastia se extirpa la piel sobrante del abdomen y se tensa de nuevo la musculatura. Es una cirugía muy efectiva, que sin embargo se reserva para mujeres que no vayan a tener más embarazos, pues es la única cuyos efectos positivos se perderían en caso de un nuevo embarazo.
A nivel del pecho, este se eleva mediante una mastopexia, siendo frecuente además realizar un pequeño aumento en aquellos casos en los que se evidencia un poco de atrofia mamaria residual.
Mediante la liposucción modelamos de nuevo la silueta, extrayendo la grasa de los acúmulos no deseados, en cintura, caderas, abdomen, cartucheras o cara interna de muslos y rodillas, y se suele asociar a cualquiera de las intervenciones de abdomen o mamas.
En general, hay que identificar los cambios sufridos por el embarazo, esperar un tiempo prudencial, y corregirlos una vez sabemos que los podemos dar por definitivos, con muy buenos resultados y una importante satisfacción por parte de las pacientes.
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