Como seguramente te imaginarás, el aumento de pecho es actualmente la cirugía plástica más demandada en España, representando una de cada cuatro operaciones que se realizan en nuestro país. Son las mujeres de entre 18 y 40 años las que más se someten a este tipo de intervención. Pero el auge de esta operación ha dado lugar a grandes avances en los últimos años, especialmente relacionados con una mayor precisión en las posibilidades de cada paciente.
El proceso para someterse a una intervención de cirugía mamaria se inicia con una primera consulta para analizar las motivaciones, deseos y expectativas del paciente. Además, se lleva a cabo una evaluación anatómica para conocer las proporciones del paciente y elegir el implante adecuado que ayude a conseguir un resultado óptimo. Y es que la mayor parte de los problemas que se generan más tarde están relacionados con una mala colocación o con una elección inapropiada de los implantes.
En los primeros años de auge de la cirugía de aumento de pecho primaba sobre todo el tamaño, llegando a abusarse de los implantes demasiado grandes y dando lugar a nuevas cirugías de revisión o reducción. Por este motivo, actualmente se busca un aspecto más natural, dando más importancia a la forma del pecho para lograr unos senos más bonitos y de proporciones equilibradas, en detrimento del tamaño.
De hecho, la cirugía de elevación de senos (mastopexia) es cada vez más solicitada, especialmente entre las mujeres mayores de 40 años. Y es que, debido al envejecimiento de la mama y al hecho de haber sido madre, el pecho tiende a descender. Tras la lactancia, cuando el seno vuelve a la normalidad, muchas veces el volumen de piel es excesivo, presentando un aspecto poco atractivo.
Pero las anomalías en las mamas también es otro de los motivos por los que cada vez más mujeres deciden pasar por el quirófano. Los casos más frecuentes están relacionados con las mamas tuberosas, que afectan a alrededor del 5% de las mujeres. Se trata de un crecimiento en forma tubular, provocando en muchos casos la caída o un diámetro excesivo de la aureola. Un problema que se produce durante la adolescencia y que puede causar trastornos de imagen corporal.
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