Tener una piel hidratada y tersa requiere tiempo y cuidados. No es una tarea sencilla, ya que es un tiempo que debemos dedicar a cuidar nuestra piel, y diariamente tenemos miles de cosas que hacer. No obstante, es importante que nos mimemos, ya que de esta forma nuestra piel estará en buenas condiciones, y no presentará signos de envejecimiento y cansancio.
En casa podemos realizar nuestras propias mascarillas rejuvenecedoras. Veamos algunas recetas muy sencillas de hacer:
Índice de contenidos
Mascarilla de avena
1 clara o 1 yema de huevo
1 taza de zumo de limón colado
2 o 3 cucharadas de avena molida o harina de avena
Mezclamos bien todos los productos en un bol. Seguidamente, aplicamos la pasta en el rostro y en el cuello (la piel del cuello es igual de sensible que la de la cara, ¡y esta mascarilla le irá genial!). La dejamos hasta que se seque, y una vez esté así retirarla con agua tibia. Finalmente, nos lavamos la cara con agua bien fresquita, para reactivar la circulación y ayudar a que se cierren los poros.
Mascarilla de vino y miel
Este tipo de mascarilla sirve como antioxidante.
4 cucharadas pequeñas de miel
2 cucharadas de vino tinto
Lo mezclamos y disribuimos toda la mezcla en el rostro, vigilando siempre los ojos. También podemos aplicarla en el cuello. La dejamos un cuarto de hora aproximadamente, y pasado este tiempo aclaramos con abundante agua tíbia.
Para terminar de tratar la piel, secamos el rostro y nos ponemos el tónico y crema hidratante habitual.
Mascarilla pétalos de rosa
4 cucharadas pequeñas de miel
Un bol pequeño con pétalos de rosa
Machacamos los pétalos con un mortero, añadimos la miel y lo mezclamos. Nos aplicamos la mascarilla en el rostro, pero en esta ocasión solamente en las zonas donde tengamos arruguitas y las arrugas más marcadas. No hace falta aplicar en toda la zona de la cara.
Después de 15 minutos la quitamos con agua tíbia. De esta manera conseguiremos que nuestra piel no parezca cansada y tengamos un aspecto mucho más vital y luminoso.
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