El aumento de pecho es una de las operaciones más solicitadas por muchas mujeres en todo el mundo. Sin embargo, en los últimos años hemos podido ver muchos casos en los que después de la intervención han aparecido algunas complicaciones que han llegado a poner en riesgo la salud de muchas de ellas. Por este motivo, se está trabajando en minimizar los riesgos que conlleva este tipo de operación. El último desarrollo es un microchip del tamaño de un grano de arroz que se coloca en alguno de los implantes mamarios que permitirá localizar a las pacientes en caso de lanzarse una alerta sanitaria sobre defectos de fabricación o planificar mejor las operaciones de reconstrucción de pecho tras haber realizado una mastectomía por haber sufrido cáncer de mama.
Este microchip contendrá información sobre la numeración de los implantes , la marca, el nombre del cirujano plástico, la procedencia, el tipo de operación y la clínica. De esta forma, se reducen los riesgos de infecciones y la mutilación de mamas por implantes defectuosos. Además, el paciente puede tener una aplicación en su móvil que le permitirá acceder a la información de manera inmediata, sin importar donde se encuentre y si se trata de un cirujano distinto. Pero también le recordará las fechas en las que tiene revisión, lo que ayuda a mejorar la seguridad de la mujer. Con la ventaja de que no hay posibilidad de geolocalización, pues la información se encuentra almacenada en una base de datos segura, inviolable por los hackers.
Hasta la fecha, esta tecnología se está usando ya en 50.000 mujeres de más de 50 países de Europa y América Latina. El objetivo que se busca con ello es detectar infecciones, inflamación crónica, saber si el implanta ha sufrido algún daño y otras cuestiones fundamentales que tienen que ver con la temperatura para detectar, corregir y proteger la salud de la paciente.
No obstante, se trata de una tecnología que aún se está perfeccionando con el fin sobre todo de que aquellas pacientes que se hayan sometido a una reconstrucción mamaria cuenten con una mayor vigilancia. Y aunque todavía no se sabe cuál es el precio del microchip, de pretende que puedan acceder a él todas aquellas mujeres que no cuenten con recursos. Un buen ejemplo de ello es Holanda, donde el 40% de las mujeres con implantes con microchip son de reconstrucción mamaria, ya que la seguridad social está volcada en la vigilancia de estas pacientes.
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