De pequeños muchos niños sufren la crueldad de sus compañeros de colegio por tener la orejas de soplillo. En el caso de las niñas, es más fácil disimularlo con el pelo, pero en los niños, al llevar el pelo corto, son más visibles. Según un estudio llevado a cabo por Allergan, el 50% de los niños reconoce haber sufrido las burlas de sus compañeros durante la infancia por el tamaño de sus orejas. Y la mayor parte de ellos reconocen que se sentirían más felices y que su autoestima se vería reforzada si tuvieran unas orejas “normales”. Es más, algunos de ellos aseguran que preferirían estar gordos a tener orejas de soplillo, ya que al menos podrían ponerle una solución y evitarían las burlas.
Afortunadamente, los avances en medicina y en estética nos traen cada vez mejore soluciones para este tipo de problemas. Muchas veces sin tener que pasar por el quirófano. Es el caso de EarFold, unas pequeñas grapas que se implantan bajo la piel a través de una pequeña incisión y que aprietan el cartílago de la oreja, dándole la forma que se decida y reduciendo la prominencia de las orejas. De esta forma, se evita la dolorosa intervención de cirugía estética, que además requiere de anestesia general y de vendajes durante varios días en la cabeza.
Este nuevo método, creado por el cirujano plástico Norbert Kang del Hosiptal Royal Free de Londres, consiste en una pequeña incisión que se cierra con uno o dos puntos que son absorbidos por la piel. Aunque el paciente puede sentir molestias o inflamación después de la intervención, esto desaparece en unas horas. Con la ventaja de que los implantes están elaborados con una aleación metálica de titanio y níquel, y bañados en oro de 24 quilates, lo que hace que no sean visibles por debajo de la piel y que el cuerpo no lo rechace. Además, han pasado por numerosas pruebas de laboratorio y probados en pacientes reales durante varios años en diferentes países.
La intervención solamente dura 15 minutos y es realizada bajo anestesia local. Después no se requiere de ningún tipo de vendaje y el paciente puede volver a hacer vida normal en el mismo día. Además, los resultados pueden verse de forma inmediata. Eso sí, la edad para realizar la operación es a partir de los 7 años, cuando las orejas están completamente desarrolladas. En cualquier caso, el cirujano deberá valorar la madurez psicológica del menor y tener el consentimiento de sus padres o tutores.
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