Para conseguir estar estupendos y con un aspecto saludable, es fundamental el buen cuidado de nuestra piel.
Muchas veces nos gastamos un dineral en cremas y tónicos y, a pesar de ello, no conseguimos el resultado que queremos. ¿Por qué?
En muchas ocasiones dejamos de lado un tratamiento básico y muy importante que nos ayuda a tener la piel en condiciones óptimas: la EXFOLIACIÓN.
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¿Qué conseguimos con la exfoliación?
El uso de productos, maquillaje, depilación y con el tiempo sin más, hace que se vayan acumulando células muertas en la parte superficial de la piel. Cada vez hay más, y la no dejan respirar.
Por eso es muy importante renovar nuestra piel, eliminar las células muertas que tenemos y conservar nuestra epidermis en un estado saludable, brillante y limpia. Gracias a este tratamiento, que nos podemos hacer nosotros mismos en casa y con productos comprados o naturales, conseuiremos una piel más lisa.
Debemos exfoliarnos tanto el rostro como todo el cuerpo, pero con productos diferentes (ya que, como sabemos, la piel de la cara es más sensible).
La folículis y la exfoliación
A causa de la depilación (sobretodo con cera o con máquinas de depilar que arrancan el pelo) se produce muchas veces lo que se llama folículis.
Esto sucede porque la piel tiene capas de células muertas encima, y no deja crecer el pelo nuevo por encima, así que se va acumulando y se crean manchitas y granitos bastante antiestéticos.
Es un problema que muchas y muchos de nosotros sufrimos, y que deseamos eliminar.
Gracias a la exfoliación, y mucha paciencia y constancia, se puede conseguir eliminar los pelos enterrados en nuestra piel.
La solución está en hidratar diariamente las zonas, lavarnos con una esponja/guante de crin y exfoliarnos una vez por semana con una crema.
Qué exfoliantes debemos utilizar
Existen numerosos exfoliantes: de gel, en bote, en tubo, en crema, con bolitas… Dependiendo de cada gusto particular y de cada persona, podremos utilizar unos u otros.
Como la piel del rostro es diferente a la del resto de nuestro cuerpo, deberemos hacernos con dos tipos de exfoliantes para cada caso:
Para la cara: Lo mejor son exfoliantes suaves: biológicos, de microperlas de silicio, de microperlas de cetrino, de polvo de hueso de albaricoque, con granos de jojoba…
Para el cuerpo podemos utilizar más fuertes, con fibras naturales de loofah, con sales marinas…
Si no sabéis cual compraros exactamente, lo mejor es ir a una tienda de belleza, cosmética, farmacia… y pedir consejo a un profesional.
Podemos, además, hacer exfoliantes naturales caseros. Pero estos los dejamos para el próximo post 🙂
¿Deseáis alguno en especial? Si queréis más información sobre la exfoliación, o que publiquemos un post sobre algún otro tema, podéis pedírnoslo en nuestra página de Facebook o nuestro perfil en Twitter.
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